Las cejas dibujan el marco del ojo y juegan un papel muy importante en la expresión de la mirada. A veces no les damos suficiente importancia, pero, ¿nos imaginamos sin ellas?
Como casi todo en esta vida, las cejas han pasado por modas. Ha habido épocas en las que se estaba a la última si se depilaban totalmente y se dibujaban con un lápiz. Ahora ya no se llevan así, muchas mujeres quieren cejas pobladas, perfiladas y definidas.
Una depilación repetida que conlleva el debilitamiento del pelo y su desaparición.
Algunos pacientes con trastornos depresivos u obsesivos, como la tricotilomanía (se pierde el cabello de tanto retorcerlo, arrancarlo…), pierden el pelo de manera definitiva. Se produce la llamada alopecia cicatricial, en la que se pierden los folículos pilosos y se sustituye el pelo por tejido cicatricial, por lo que es imposible la repoblación.
La alopecia frontal fibrosante que aparece en mujeres menopáusicas o postmenopáusicas. Se trata de una pérdida de toda la línea de implantación anterior del pelo a nivel del cuero cabelludo y también de la totalidad de las cejas.
El 95% de las personas que se trasplantan las cejas son mujeres de entre 40 y 50 años
Ya sea por modas anteriores o algún tipo de alopecia, si una persona pierde el pelo de encima de los ojos, puede volver a verlo crecer con el sistema de trasplante de cejas.
Se utiliza la “técnica FUE” que consiste en la extracción directa de las unidades foliculares de la parte inferior del cuerpo cabelludo (se obtienen los folículos de la zona baja de la nuca, que va de oreja a oreja).